Páginas

martes, 1 de noviembre de 2011

Las fábulas de Once upon a time

Hoy, finalmente, he visto los dos primeros episodios de Once upon a time. Tenía muy pocas ganas de ver en esta serie, por dos razones: ser producida por la ABC y contar con la presencia de Jennifer Morrison.
Y su papel es the hope, ni más ni menos
Con el primer obstáculo pude lidiar, pues la ABC ha producido un par de series que me han enganchado, en mayor o menor medida, a pesar de su moralina: 10 thingsI hate about you y Makeit or break it. Eso tiene mérito. A Jennifer Morrison no me quedó otra que soportarla, y tan mal no debió hacerlo, pues no me pasé los 80 minutos pensando que otra actriz (cualquiera) podría haberlo hecho mejor... solo los primeros 20. Su personaje es, con mucho, el peor del elenco, así que en el fondo tendré que agradecer que no hayan escogido a una actriz que me cayese bien para que al final hubiera terminado odiándola.

Si al final he terminado dándole una oportunidad a Once upon a time, es, en primer lugar, por las buenas críticas que he leído por todas partes y, en segundo lugar, por los rumores de que se trataba la adapatación televisiva del cómic Fables.

Leyendas en el exilio es el título del primer tomo de Fábulas
A día de hoy parece que nadie tiene muy claro si se trata de una adaptación oficial o no. Supongo que lo que ha pasado es lo que se nos dice en Telelocura: ¿Por qué pagar por una adaptación completa pudiendo, simplemente, copiar los elementos que prefieran? A mi no me parece mala idea. Yo tampoco habría adaptado con total fidelidad los comics, ¡ni que fueran perfectos! Ahora bien, teniendo en cuenta esto cabe preguntarse:

¿Hasta dónde llega la copia?
Para empezar, en su argumento...
La premisa de Fábulas se basa en que algunos de los personajes de cuentos infantiles y del folklore popular viven en nuestro mundo, intentando pasar desapercibidos entre los humanos normales después de haber sido expulsados de sus propio mundo mágico por el ejército invasor de alguien que solo conocemos como El Adversario. Estas "Fábulas" refugiadas han establecido su propia comunidad secreta entre nosotros, cuya sede es un edificio en pleno Manhattan.
La mayoría de las fábulas perdieron todas o gran parte de sus posesiones en su huida de su mundo natal y sueñan con el día de poder regresar y expulsar a El Adversario. Mientras tanto han organizado una sociedad secreta con un auto-gobierno (con su propio alcalde, impuestos y policía) cuya regla de oro es que ninguna Fábula puede permitir que los "mundanos" descubran su naturaleza mágica.
 frente a:
Once Upon a Time nos traslada a Storybrooke, en Maine, un pequeño pueblo donde viven atrapados y sin recordar quienes son los personajes de los cuentos de hadas. En ese maldito lugar podemos encontrarnos con Blancanieves, el Príncipe Encantador, Geppeto, Pepito Grillo, Caperucita Roja y su abuelita, la Bruja Malvada y muchas más fábulas que irán apareciendo a medida que vayan sucediéndose los capítulos.
...Continuando por sus personajes:

Aunque no comprendo la preferencia de los americanos por la sosísima princesa Disney cuya única actividad en su propia historia fue limpiar la casa de 7 enanitos, ahi la tenemos.
El Príncipe encantador de Las Fábulas es bastante más interesante, sobre todo por el hecho de que era el mismo principe para Bancanieves, Cenicienta y La bella durmiente.
Esperemos que al sheriff de la serie le dure más la nariz que a su homólogo en papel, al cual se la dejaron de dibujar en el tercer tomo.
¿Y dónde acaba la copia?

En primer lugar, los personajes de cuento de Once upon a time no saben quiénes son realmente... pero me temo que si lo supieran, serían unos aburridos de cuidado. En el comic de Fables sí que son conscientes de su identidad, y se aprecia la huella que ha dejado en ellos el vivir en una gran ciudad sin finales felices, lo que los aporta una cierta tridimensionalidad. Sin embargo, como esa sosería es solo una suposición mía, no me echaré de momento las manos a la cabeza.

Por otra parte, tenemos la localización, el que creo que es, de momento, el gra acierto de la serie. Las fábulas de Willingham se alojan en un gran edificio en el centro de Nueva York, donde viven entremezcladas con los habitantes humanos... sin levantar sospechas. ¡En Nueva York!
La localización en un pequeño pueblo de Maine de la serie es muchísimo más verosímil, y dota de cierto encanto los ambientes utilizados. Quizá porque a mí me recuerde un poco a Stars Hollow.

A pesar de todo lo dicho, tengo fe en esta serie, porque está a tiempo de aprovechar bien la premisa de la que parte. La serie de Willingham no lo hizo, y se echó a perder al poco de perder el factor novedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario